Una de las ventajas de utilizar un gestor de contenidos como WordPress para publicar en internet, es que el contenido está separado del diseño y de las funcionalidades. De esta manera, podemos cambiar de tema y que el aspecto de nuestro sitio web cambie; podemos cambiar de plugins y que las funcionalidades cambien; y, a pesar de cambiar el diseño o las funcionalidades, los contenidos siempre permanecerán.
Esta característica tan ventajosa se puede ir al traste si aplicamos malas prácticas en el desarrollo de la web. Si, por ejemplo, el tema que instalas lleva incorporada alguna funcionalidad, siempre deberás tener instalado ese tema para que la web siga funcionando. Esta dependencia es lo que se conoce como lock-in.
Pero, ojo, cuidado, bloguero, existen malas prácticas en la gestión de contenidos que tú haces, que también pueden generar dependencias. ¡Y son más habituales de lo que crees!
Veremos lo que no hay que hacer jamás y qué debemos hacer siempre para conservar intacto lo más valioso de tu web: los contenidos.